lunes, 20 de agosto de 2012

Fases



Va siendo hora de cerrar este blog, de culminar esta etapa tan importante de mi vida. Quería escribir mucho más, tratar de dejar escrito cuanto pudiera ser de ayuda a los que estáis en en ello antes de empezar mi nuevo camino, pero acontecimientos recientes (la falta de convocatoria que nos ha dejado a todos mudos) y la mala leche de algunos (ya dicen que la envidia es el deporte nacional) hacen que prefiera morderme la lengua. Aún así creo que hay que despedir el blog con una entrada-resumen de lo que ha sido mi oposición.

Mi oposición se divide en tres etapas claras, coincidentes con los tres preparadores por los que he pasado. 
La primera fue la etapa de verdadera oposición. Dos años de estudiar como una máquina, sin colgarme ni un sólo día, sin faltar al preparador más que para ir a funerales de familiares... la etapa que debiera haber culminado un aprobado. Como bien sabéis soy de la opinión de que es más fácil aprobar esta opo en dos o tres años que cuando se lleva más, que por eso aconsejo siempre apretar mucho y no distraerse con nada (ni con este blog siquiera) cuando se empieza porque es el mejor momento opositoril tras lo cual el aprobar es cada vez más difícil. Por desgracia cuando fui al oral no existía calendario, se me adelantó el examen y me cayó el último tema de la bola de civil, precisamente el que hacía tres semanas que no me miraba y suspendí. También es cierto que en esa época no existían dispensas del oral ni nada por lo que muchos dábamos vueltas completas al temario (incluyendo procesales y merc y admvo y laboral) por lo que las vueltas se eternizaban y los temas tardaban más en dominarse.

La segunda fase la podemos denominar "The lost years": dos años totalmente perdidos con un preparador que a mí no me iba bien. Lo triste es que yo me di cuenta nada más empezar con él pero por vergüenza (o estupidez más bien) no me cambié hasta que el daño estaba hecho. Lo único bueno que aprendí de esta época es que yo tenía más fuerza de voluntad que nadie para seguir con la oposición... eso y que Casallo me animó muchísimo a seguir diciéndome que no lo dejara que aprobaría, que había tenido mala suerte (no sabía cuántaXD). Sin embargo fue una gran época extraopositoril, abrí el blog, empecé con la chupipandi de la bib, RP y las chús... Fueron unos años buenos pero muy duros. 
Mi abuela estaba en una residencia (más muerta que viva) y mi madre decidió traérsela a Barcelona... consiguientemente a mí me independizaron contra mi voluntad. Yo pasé de estar en mi casa con mi madre que me hacía la comida y todo y teniendo que preocuparme sólo de estudiar a vivir sola y tener que hacerme la compra, la colada, limpiar, etc. Dejé a mi novio de seis años de relación el día mismo en que me mudé de casa porque yo no tenía tiempo para una relación a distancia cuando mi día de fiesta me tocaba pasármelo de maruja en las tareas del hogar. Fue durísimo. Por eso os aconsejo a los que podáis que sigáis en casa estudiando que eso de estudiar fuera es perder años de vida en oposición porque se alarga irremediablmente.  Ya no sólo es el tiempo que se pierde llevando una casa sino las veces que se nos va el santo al cielo pensando en lo que tenemos que hacer... el opositor sólo tiene que pensar en una cosa: dominar el temario y aprobar. Si a eso le unimos que cada dos por tres me sacaban de la biblioteca para que corriera a ver qué le pasaba a mi abuela (hay cuidadoras verdaderamente inútiles) entenderéis que mi rutina opositoril se fue al traste. Pero no me arrepiento. Soy consciente que el traernos a la abuela casi me cuesta la opo y que se me alargó cuatro años más de lo previsto, pero también de que esos cuatro años que perdí yo los ganó ella. Al venir y estar con nosotras mi abuela revivió y eso bien merece la angustia que he pasado estos años. Por desgracia falleció este año antes del examen pero estoy segura de que ahí donde esté estará orgullosa de que al fin lo consiguiéramos.

La última etapa la pasé con mi preparador actual llevando un sistema al que yo denominaría mixto. Ya iba muy quemada y la preparación ya no era cosa del prepa sino mía. Digamos que compartíamos el peso de la planificación. Lo malo es que el primer año esa presión me jugó una mala pasada y me retiré del examen. A partir de ahí con calendario de exámenes ya empecé a aprobar, hasta hoy. A mí último prepa le debo el recuperar un poco la confianza. Todos siempre me han recriminado ser demasiado autocrítica y valorarme muy poco. Temas que para otros eran de nota para mí eran de suspenso... y así no se se defiende un examen y se aprueba. No se aprueba hasta que el que se sabe el temario se cree que se lo sabe.

Soy de la opinión de que en esta vida hay que ser humildes, pero por desgracia la oposición me ha enseñado que normalmente el humilde es el que tarda más en aprobar (por no echarle morro en el examen) y el que más palos se lleva una vez aprobado. Por poneros un ejemplo, este año sólo canté mal los procesales una vez en que el tema se me quedó en siete minutos, todas las demás veces el prepa me felicitó. Pues bien, a mí cuando la gente me preguntó antes del examen dije que estaba acojonada porque un tema se me quedó en siete minutos... no iba a ir diciendo "pues voy a aprobar fijo porque canto de puta madre y la plaza no se me escapa" y más si hablas con gente que ya ha suspendido o que no llegó al último oral. Pues después de aprobar me han llegado a decir "qué suerte, y eso que cantabas los procesales en siete minutos".... cuñaoo! que sólo me pasó una vez a dos meses del examen tras volver del entierro de mi otra abuela (que se me murieron las dos este año, desgraciada qeu soy). 
Con esto lo que quiero decir es que aunque la gente no lo haga a mala leche tienden a menospreciar tu éxito, o achacarlo a  la suerte porque tú lo haces. Yo lo hago por humildad pero en la vida cuando ha aprobado otro, y más después de años de sacrificios y desgracias, he tenido la osadía de decirle "qué suerte has tenido" jajaja Si esa persona quiere ser humilde y decir que la tuvo chapeau, pero no seré yo quien menosprecie su trabajo y su bien merecido éxito.
Os podría dar tantos detalles sobre mi oposición, pero siento que me hago coñazo y repetitiva, sólo deseo que más pronto que tarde podáis ser vosotros quienes vengáis a compartir vuestro éxito conmigo, que pueda ser yo quien os de la enhorabuena por haberlo conseguido. Ojalá muy pronto podáis compartir vuestra merecida recompensa, ojalá la situación mejore y os den una oportunidad de demostrar lo que valéis. De mientras sólo os puedo decir que el tener la fuerza de emprender este camino y seguirlo durante un tiempo ya se merece toda la admiración del mundo y cualquiera que intente minusvalorarlo es un desgraciado/a que no merece ni un minuto de nuestro tiempo ni ocupar uno sólo de nuestros pensamientos.
Mucho ánimo, compis.